Una nueva investigación revela resultados prometedores, según los cuales seguir una dieta mediterránea podría ayudar a reducir el riesgo de desarrollar demencia en casi un 25%. La demencia afecta a más de 55 millones de personas en todo el mundo, por lo que es esencial conocer el impacto de nuestra dieta en la salud del cerebro.
El estudio: El impacto de la dieta mediterránea en la demencia
Un equipo de expertos dirigido por el Dr. Oliver Shannon de la Universidad de Newcastle, en colaboración con las universidades de Edimburgo, UEA y Exeter, llevó a cabo un estudio a gran escala en el que se analizaron los efectos de una dieta mediterránea sobre el riesgo de demencia. En el estudio participaron 60.298 personas del Biobanco del Reino Unido que completaron una evaluación dietética.
La dieta mediterránea
Una dieta mediterránea se caracteriza por un alto consumo de:
- Frutas
- Verduras y hortalizas
- Legumbres
- Frutos secos
- Aceite de oliva
- Pescado
Esta dieta es conocida por sus beneficios para la salud, incluida la mejora de la función cognitiva en adultos mayores, como han demostrado estudios anteriores como el ensayo PREDIMED en España.
Desglose de los resultados
Los investigadores puntuaron a los participantes en función del grado en que sus dietas se ajustaban a las características clave de la dieta mediterránea. A lo largo de casi una década, se observaron 882 casos de demencia. El estudio llegó a la conclusión de que los individuos con mayor adherencia a una dieta mediterránea experimentaban un riesgo un 23% menor de desarrollar demencia que aquellos con menor adherencia.
Curiosamente, estos resultados fueron coherentes entre los individuos con mayor y menor riesgo genético de demencia, lo que implica que incluso aquellos con un mayor riesgo genético podrían beneficiarse de la adopción de una dieta de estilo mediterráneo.
Como parte del consorcio NuBrain, financiado por el Consejo de Investigación Médica, el equipo de investigadores subrayó la necesidad de realizar más estudios para determinar cuál es la dieta óptima para reducir el riesgo de demencia. No obstante, sus hallazgos contribuyen a la creciente evidencia que apoya una dieta de tipo mediterráneo como estrategia eficaz para mantener la salud cerebral y reducir el riesgo de demencia.
Riesgo genético y demencia: La puntuación de riesgo poligénico
Un factor esencial considerado en el estudio fue la puntuación de riesgo poligénico, una medida de todos los diferentes genes relacionados con el riesgo de demencia. La investigación no encontró ninguna interacción significativa entre el riesgo poligénico de demencia y la asociación entre la adherencia a la dieta mediterránea, lo que sugiere que incluso aquellos con mayor riesgo genético podrían beneficiarse de opciones dietéticas más saludables.
Implicaciones para la salud pública
Aunque se necesita más investigación, los resultados del estudio refuerzan el mensaje de salud pública de que una dieta más mediterránea podría ayudar a reducir el riesgo de demencia, incluso para aquellos con mayor riesgo genético. Los futuros esfuerzos de prevención de la demencia podrían ir más allá de los consejos genéricos sobre dietas saludables, centrándose en aumentar el consumo de alimentos y nutrientes específicos esenciales para la salud cerebral.
Limitaciones y futuras investigaciones sobre la demencia y la dieta mediterránea.
Los autores señalan que su análisis se limita a las personas que declararon que su origen étnico era blanco, británico o irlandés, ya que sólo se disponía de datos genéticos basados en la ascendencia europea. En consecuencia, es necesario seguir investigando en diversas poblaciones para determinar los posibles beneficios de una dieta mediterránea sobre el riesgo de demencia.
A pesar de la aparición de hallazgos prometedores, actualmente las opciones para el tratamiento de la demencia son limitadas. En consecuencia, los investigadores se centran principalmente en descubrir formas de reducir el riesgo de que las personas desarrollen esta enfermedad.
La Comisión Lancet 2020 sobre la prevención de la demencia destacó 12 factores de riesgo modificables que contribuyen a aproximadamente el 40% de los casos de demencia en el mundo. Tanto los responsables políticos como las personas pueden abordar estos factores para minimizar el riesgo de demencia. Entre los factores de riesgo se encuentran el bajo nivel educativo, la pérdida de audición, las lesiones cerebrales, la hipertensión, el consumo excesivo de alcohol, la obesidad, el tabaquismo, la depresión, el aislamiento social, la inactividad física, la contaminación atmosférica y la diabetes.
Aunque el informe reconoce el consumo excesivo de alcohol (un factor dietético) y enfermedades como la obesidad y la diabetes (que pueden tener vínculos con la dieta) como factores de riesgo significativos de demencia, no menciona específicamente una dieta poco saludable en su conjunto como factor de riesgo modificable de demencia. Y ello a pesar del creciente número de pruebas que indican que nuestras elecciones dietéticas pueden influir significativamente en la salud del cerebro.