La obesidad es una preocupación mundial de salud y su prevalencia ha ido aumentando constantemente durante las últimas décadas. En Israel, más del 60% de los adultos se consideran con sobrepeso. Tradicionalmente, el Índice de Masa Corporal (IMC) ha sido el indicador estándar para determinar la salud general de una persona en relación con su peso. Sin embargo, investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Tel Aviv han descubierto que la medición del IMC puede no ser tan confiable como se pensaba previamente cuando se trata de definir la obesidad.
Las limitaciones del IMC
En un estudio dirigido por el profesor Yftach Gepner y el estudiante de doctorado Yair Lahav, el más grande de su tipo realizado en Israel, los investigadores analizaron datos antropométricos de alrededor de 3,000 hombres y mujeres israelíes. Llegaron a la conclusión de que el porcentaje de grasa corporal es un indicador más preciso de la salud general y el riesgo cardiometabólico en comparación con el IMC.
La medición del IMC, basada en el peso y la altura, se utiliza ampliamente en las clínicas en la actualidad. Sin embargo, tiene algunas limitaciones. El profesor Gepner explica que la medida real de la obesidad es el contenido de grasa del cuerpo, con los valores normales máximos establecidos en 25% para los hombres y 35% para las mujeres. Un mayor contenido de grasa se considera obesidad y puede provocar una serie de enfermedades cardiometabólicas potencialmente mortales, como enfermedades del corazón, diabetes, hígado graso y disfunción renal.
“Los investigadores encontraron un fenómeno llamado ‘la paradoja de la obesidad con peso normal’, que se refiere a individuos con un porcentaje de grasa corporal superior al normal a pesar de tener un peso normal según el IMC.”
La paradoja de la obesidad con peso normal
Para evaluar la prevalencia de este fenómeno en la población adulta de Israel, el equipo analizó datos que incluían puntuaciones del IMC, escaneos de DXA (que utilizan rayos X para medir la composición corporal, incluido el contenido de grasa) y marcadores sanguíneos cardiometabólicos.
Aproximadamente un tercio de los participantes, o 1,000 individuos, se encontraron dentro del rango de peso normal. Sin embargo, el 38.5% de las mujeres y el 26.5% de los hombres fueron identificados como “obesos con peso normal”, ya que tenían un exceso de contenido graso a pesar de su peso normal. El estudio encontró una correlación significativa entre la “obesidad con peso normal” y los altos niveles de azúcar, grasa y colesterol, factores de riesgo importantes para una serie de enfermedades cardiometabólicas. En contraste, el 30% de los hombres y el 10% de las mujeres identificados con sobrepeso se encontraron con un porcentaje de grasa corporal normal.
Estos hallazgos indican que la obesidad con peso normal es más común de lo que se suponía anteriormente, y estos individuos a menudo pasan desapercibidos debido a las limitaciones del IMC. A diferencia de aquellos identificados con sobrepeso, estas personas no reciben tratamiento ni orientación para cambiar su nutrición o estilo de vida, lo que los pone en un riesgo aún mayor de enfermedades cardiometabólicas.
La importancia del porcentaje de grasa corporal
Basándose en sus hallazgos, los investigadores concluyeron que el porcentaje de grasa corporal es un indicador más confiable de la salud general de un individuo que el IMC. Ellos creen que el porcentaje de grasa corporal debería convertirse en el estándar de oro de la salud y recomiendan equipar las clínicas con dispositivos adecuados para medir el contenido de grasa corporal. Esto puede incluir mediciones de pliegues cutáneos que estiman la grasa corporal según el grosor de la capa de grasa debajo de la piel o un dispositivo fácil de usar que mida la conductividad eléctrica del cuerpo, que ya se utiliza en muchos centros de fitness.
“Al cambiar el enfoque del IMC al porcentaje de grasa corporal, podemos identificar mejor a quienes corren riesgo de enfermedades cardiometabólicas y proporcionar una orientación más precisa para cambios en el estilo de vida y la nutrición”.
Un cambio de enfoque para mejores resultados de salud
Al cambiar el enfoque del IMC al porcentaje de grasa corporal, podemos identificar mejor a quienes corren riesgo de enfermedades cardiometabólicas y proporcionar una orientación más precisa para cambios en el estilo de vida y la nutrición. Este simple cambio en la forma en que abordamos la obesidad podría ayudar a prevenir enfermedades y salvar vidas, tanto en Israel como en todo el mundo.
En conclusión, reconocer las limitaciones del IMC y priorizar el porcentaje de grasa corporal como el indicador principal de obesidad y riesgos para la salud puede ayudar a mejorar la precisión de las evaluaciones de obesidad. Con este cambio de enfoque, los proveedores de atención médica estarán mejor preparados para diagnosticar y tratar a individuos en riesgo de enfermedades cardiometabólicas, promoviendo en última instancia mejores resultados de salud para pacientes en todo el mundo.